jueves, 31 de mayo de 2012

Como mimar a la niña.


Por Kelly Mclure, en Revista Vice España
Mientras escribía lo que acabo de escribir sobre peña que puede que nunca haya puesto la boca en un coño, he tenido que pararme a pensar en qué tipo de criatura entraría en la categoría “no como vagina”. Lo he pensado durante un buen rato, como si estuviese tratando de solucionar un problema matemático particularmente difícil porque, después de comer coños durante 21 años, no me puedo imaginar cómo sería la vida sin eso. Es una de mis comidas favoritas.

Ah, hola. Soy extremadamente lesbiana. Quizás no te habías dado cuenta. Lo primero que hay que saber sobre las lesbianas es que, a menos que seamos unas bobaliconas o unas lesbianas falsas, sabemos un montón sobre coños. Pero como suele enseñarnos la vida, entusiasmo no siempre es equivalente a habilidad. Te pueden encantar los coños y ser pésima comiéndotelos. En el mundo del sexo lésbico hay dos actos que son los más difíciles de hacer 1) atarse y 2) comerse un coño increíblemente bien. Este post se centrará en el segundo punto, y con un poco de suerte, le será útil a las lesbianas, a las chicas que se están haciendo lesbianas, a los tíos, o a quien sea.

1) Tú eres la jefa
Cuando vi mi primera vagina, a parte de la mía, claro, flipé. En realidad, una vagina no es algo muy bonito, y ahí abajo pasan un montón de cosas. Tuve que hacer un verdadero esfuerzo mental, personal y físico (como dolor de cervicales, quedarme dormida mientras lo hacía, matarme haciéndolo y querer llorar cuando ves que a la persona le está costando la vida correrse) para hacerlo como es debido. Con la práctica y el tiempo descubrí que si te enfrentas a una situación de sexo oral pensando “esta tía se va a correr, si no es que lo hago fatal” probablemente ella no se corra y tú lo vas a pasar mal. La presión es lo peor y ahuyenta los orgasmos. Imagínate a un granjero intentando arriar a sus ovejas quedándose parado en medio de un campo gritando y silbando para que vengan. Ponerse nerviosa a la hora de comer un coño solo hará que “las ovejas” que intentas atraer se alejen aún más. Lo importante es que pienses algo así como “voy a poner la cara en este coño porque me da la gana y porque ya he visto el episodio de Mad Men de esta semana. Y no me importa si se corre o no”. Y entonces se correrá. Te lo prometo.


2) No hagas cosas raras. No uses “trucos”.
Lo peor es cuando alguien piensa “Voy a hacer que vea las estrellas” y entonces entierra su cara entre tus piernas y empieza a hacer ruiditos para sacarse tus pelos púbicos de la boca. La mayoría de las historias que he oído sobre el tema empiezan por “una vez un tío me hizo algo graciosísimo”. No hagas nada que sea gracioso. No te saques de la manga movimientos raros. Sé honrada/o y hazlo con calma. Sigue ese consejo hasta que puedas adivinar por sus gemidos y gimoteos qué es lo que más le gusta (con suerte eso será fácil, a menos que la chica no sea expresiva, lo cual es una putada). Empieza por movimientos suaves con la lengua ensanchada y ve allanándola, según la forma del coño y luego procede con lengüetazos lentos pero constantes, como si te estuvieses comiendo el mejor helado del mundo. Hazlo muy muy muuuuuuuuuuuuuuuuuuuy lentamente, mientras le coges los muslos con las manos. Espera a que empiece a retorcerse, y entonces ataca al clítoris a matar como si fuese una araña en tu bañera. Si estás haciendo cosas raras y de repente oyes un “ven aquí, quiero besarte” es que la estás liando. No intentes persistir, y sobre todo no intentes bajar a rematar la faena. Has perdido esta partida, pero piensa en lo que has hecho mal antes de que la chica se vaya a casa, y vuelve a probar la próxima vez. No hay nada malo en necesitar práctica, y tampoco en preguntarle a alguien lo que le gusta.


3) Pasos
Las vaginas son muy inconstantes. El mejor modo de explicar lo que quiero decir es comparar las vaginas con estar súper fumado y querer comer a saco. Estás fumado y solo puedes pensar en Doritos, pero entonces llegas a casa, metes la mano en la bolsa y te das cuenta de que también quieres chocolate. Las vaginas son así. Siempre habrá un dolor, una necesidad, un “agujero que rellenar”, pero tienes que meter un montón de mierda en ese agujero para satisfacerlo. ¿Has visto esa peli, Tremors, en la que sale Kevin Bacon? Imagínate que el monstruo de la película con todos esos dientes es la vagina a la que te estás enfrentando y a la que le estas lanzando de todo solo para cerrarle la “boca”.

En realidad, esta es una técnica bastante fácil, pero tampoco hay que pasarse. Básicamente, la clave para comer coño y triunfar haciéndolo es empezar lamiendo poco a poco, con ritmo, como hemos explicado antes, luego atacar un poco al clítoris (que la punta de la lengua toque el clítoris, apretándola un poco y moviéndola muy ligeramente adelante y hacia atrás, como si intentases girar un M&M) y luego volver a bajar el ritmo y a hacerlo suave como al principio. Después de concentrarte en el clítoris y una vez vuelvas a ir despacio, la tía que te estás tirando muy probablemente gemirá un poco o dirá algo así como “por favor, no pares”, y entonces le meterás tres dedos por el coño, hasta la mitad mas o menos. Mientras los metes, tienes que girarlos un poco hacia ti y encajarlos un poco en el hueso, cuya forma es muy conveniente justamente para hacer eso. Seguro que hay un término médico para ese hueso, pero no tengo ni idea. Si mientras quieres hacer algo con la otra mano, sitúala en la parte baja del estómago/hueso púbico, plana, y aprieta un poco. No sé muy bien por qué, pero parece que les encanta.
Espero que esto os haya podido ayudar, al menos un poco. Y si solo eres capaz de recordar una cosa de todo lo que acabo de contar, que sea que esa manera rara que tienes de chupar duele, y que soplarle a una vagina es muy mala idea.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Efecto del porno en el cerebro



Personalmente tengo una visión positiva y negativa frente a la pornografía. Sé que al hablar de “la pornografía” estoy generalizando y que es distinto ver 2 girls 1 cup, versus 5 historias para ellas de Erika Lust. Creo que el porno puede funcionar como estímulo para algunas personas y/o parejas, pero a falta de educación sexual completa e integral, el porno ha sido un muy mal “educador” para much@s.
Dejando mis opiniones personales de lado, me gustaría compartir un estudio bastante más interesante. Ver pornografía parecería una tarea visual intensa, pero investigaciones recientes han demostrado que el ver este tipo de estímulos, puede inactivar en gran medida, el área del cerebro destinada a procesar los estímulos visuales.
En general, al ver una película o realizar cualquier actividad principalmente visual, hay mayor actividad cerebral en esa parte del cerebro, pero ocurre lo contrario con este tipo de películas. Al parecer el cerebro no necesita procesar todos los detalles visuales de una esena sexual, como señala Gert Holstege, neurólogo de la Universidad de Groningen Medical Center, Holanda. Él plantea que: “si tu miras, por ejemplo, tu computador y tienes que escribir algo; tienes que mirar de manera específica y cuidadosa lo que estás haciendo para no cometer errores, pero cuando estás mirando pornografía, eso no es necesario, porque sabes exactamente lo que está pasando y no es importante si la puerta es amarilla o verde”…o si la pizza era de anchoas o peperoni…
Holstege plantea que el cerebro puede estar ansioso o excitado -o ninguna de las anteriores-, pero no las dos cosas al mismo tiempo. No pretendo refutar los planteamientos de Holstege, pero ¿nunca has sentido excitad@ al mismo tiempo que sentías miedo o ansiedad?
Durante el orgasmo, la actividad cerebral en regiones asociadas con la ansiedad se apaga. Este fenómeno podría explicar, porque las mujeres con bajos niveles de deseo sexual, generalmente tienen altos niveles de ansiedad. Por otro lado, si uno esta hiper-vigilante, focalizándose en detalles visuales, puede que no sea muy fácil permitir la excitación.
El neurólogo agrega: “Si te encuentras en una situación peligrosa, sea cual sea la razón, no vas a tener sensaciones sexuales, porque tienes que sobrevivir por ti mismo y no por la especie”. Los scaners cerebrales han demostrado previamente que las imágenes sexuales explícitas, pueden disminuir la actividad cerebral en el área 17 de Brodman, también conocida como la corteza visual primaria: esta área hace el primer procesamiento de la información visual entrante.
Profundizando en la investigación, se examinó esta región en 12 mujeres pre-menopáusicas sanas. Cada mujer vio tres videos mientras se obtenían las imágenes cerebrales con tomografía de emisión de positrones (PET) que permite detectar el flujo sanguíneo en las distintas partes del cerebro.
El primer video utilizado era un documental de vida marina en el Caribe. Los otros dos eran películas pornográficas “suaves” o “women-friendly”. Una mostraba besos y masturbación y la otra mostraba sexo oral y coito. Los resultados demostraron que solamente la película que mostraba sexo oral y coito, disminuyo el flujo sanguíneo en la corteza visual primaria. Ese efecto suele ocurrir cuando se realiza una actividad no visual como recordar palabras.
Para Holstege estos resultados sugieren que el cerebro y su focalización en la excitación sexual, es más importante que el procesamiento visual de estas películas. Él plantea: “hay que considerar que el cerebro quiere repartir la menor cantidad de energía posible, por lo que si una parte del cerebro no tiene necesariamente que estar a un alto nivel de funcionamiento, inmediatamente disminuye. La ansiedad es un enemigo sexual. Si quieres tener sexo y eres hombre, tienes que generar un ambiente seguro para la mujer”. ¿Estás de acuerdo con el Dr.Holstege?
Sus resultados completos fueron publicados el 10 de abril en el Journal of Sexual Medicine.

miércoles, 16 de mayo de 2012

¡A Jugar! Seis técnicas para provocarle un orgasmo, pero sin usar las manos


Si sientes que tu vida sexual está pasando por un mal momento, te desafiamos a que la reactives, apostando por este erótico y entretenido juego.
Las reglas consisten en que logres enloquecer a ése hombre usando tu lengua, cabello, busto, pies y toda la imaginación que desees, salvo una cosa, tus manos, por ningún motivo debes utilizarlas. ¡Inténtalo!
Sigue estas seis infalibles armas de seducción y conviértete en una verdadera experta en “la previa”, tu lolito y tú, lo agradecerán.
Tugar, tugar, salir a Jugar
1-.Juguetea con el lóbulo de su oreja, acarícialo suavemente con tu lengua, lámelo por el borde y luego por el interior hasta plasmar una sútil y coqueta mordida. Lo harás estremecer de placer, ya que se trata de una de las zonas más erógenas de la anatomía masculina.
2-.Roza su nuca con la lengua. Comienza con suaves besos rodeando su cuello, complementa las caricias con tu nariz, endereza suavemente tu cuerpo hasta que su nuca quede a la altura de tus pechos y comienza a  rozarlos por su cuello con mucha sensualidad. No olvides que en este juego de dos, está prohibido usar las manos.
3-.Con suaves besos y tiernos lamidos, traza un camino por su muslo interno, apoya tus pechos sobre la zona trazada y complementalo con insinuantes movimientos.
4-.Una técnica bastante conocida es la que se denomina la Cubana o Rusa, que por si esas casualidades no la conoces, consiste en masturbar su pene entre tus pechos. Utiliza los antebrazos para unirlos y generar más presión, balancéate al ritmo de la masturbación, complementando con lamidas y un tacaño sexoral.
5-.Cuando lo pilles medio desprevenido y bastante entregado, dale un tierno mordisqueo en una de sus nalgas e instantáneamente acarícialo con tus pechos.
6-.Y para finalizar, con mucha meticulosidad lleva tu pie sobre su pene e intenta dejarlo entre el dedo gordo y el segundo dedo y, al igual que si estuvieras con tu mano, comienza a masturbarlo. La sensibilidad tuya no será la misma que con tus manos, por eso debes ser cuidadosa y complementar con sonrisas juguetonas e incitantes miradas.
¡Suerte!


Fuente: http://www.belelu.com/

domingo, 13 de mayo de 2012

Mayo, el mes de la masturbación.


Aunque parezca extraño, esta celebración no la inventaron personas que no tenían nada mejor que hacer, sino que tiene una historia bastante respetable.
Existen dos versiones, pero ambas se remontan a 1995. La primera versión cuenta que en San Francisco, California, durante la celebración del Día de las Naciones Unidas contra el SIDA, se presentó una conferencia que hablaba de los beneficios de la masturbación en las personas de la tercera edad; y por ello se decidió instituir un mes al año para incentivar esta práctica.
Por otro lado, también se dice que la empresa Good Vibrations, promovió el mes de la masturbación como una protesta, o respuesta al gobierno conservador, por el despido de la entonces Directora Nacional de Salud de Estados Unidos, Joycelyn Elders, quien estaba a favor de que se enseñaran técnicas masturbatorias en las escuelas norteamericanas; con el fin de educar sexualmente a los jovenes.
Sea cual haya sido el motivo, solo nos queda celebrar que ahora tenemos una excusa para dejar atrás los complejos e ideas erróneas sobre la masturbación, que lejos de ser dañina, puede ser una gran manera de liberar estrés, conocerse mejor a uno mismo y disfrutar de un poco de placer cuando así lo queramos, sin depender de nadie más.
Si esos no son beneficios suficientes, entonces considera las secuelas positivas que la masturbación le deja a tu salud: ayuda a liberar la tensión pre-menstrual y otros malestares físicos relacionados con la menstruacón, como los cólicos. Además, ayuda a alivar el dolor de espalda crónico, aumentar el umbral del dolor y reduce la incidencia de infecciones vaginales por levaduras. 
Ya que sabes todo esto, solo queda decir una cosa: ¡manos a la obra!

martes, 8 de mayo de 2012

Las edades de Lulu - Cine español.

Una película que no tiene desperdicio...



Si da problemas, click aquí.